martes, 12 de agosto de 2014

Barranco del Furco

PARTICIPANTES: Pilar, Carlos Heras, Carlos Aranda y servidor, Rubén



Tras nuestra llegada a Ordesa y una vez instalados en el camping no había mejor forma de rematar la tarde que haciendo un barranco cercano. En nuestros oídos siempre resuena la palabra Furco, ya que a C.Aranda  le gustaría hacerlo helado. Esta vez no lo está, lógicamente, pero decidimos repetirlo y así pasar la tarde.

No es necesaria la combinación de vehículos, cruzamos la localidad de Broto y vamos dirección a Buesa, en el margen derecho de la carretera divisamos una pequeña explanada y el cauce del río, dejamos allí los vehículos. Una vez cambiados de ropa, subimos andando por la carretera hacia Buesa. El acceso al barranco no está señalizado, según avanzamos por la carretera pasada una curva hacia la derecha vamos a observar cómo se unen unos caminos a ésta, procedentes desde las laderas del margen izquierdo. Cogeremos el tercer camino y continuaremos por él hasta que divisemos la presa.
Llegados a la presa, empieza la diversión…a ponernos el neopreno, sin que antes se nos olvide quitarnos el reloj, jajaja.
Accedimos a la primera cabecera por el pasamanos de la presa, contemplar el primer rápel es muy bonito así que tiene que ser una preciosidad verlo helado y rapelarlo.


La poza final del rápel tiene poca agua, podríamos haber enlazado éste rapel con el siguiente, pero optamos por partirlo y que nos durara un poco más el barranco.



Seguimos bajando por el cauce del río hasta que llegamos al salto de 7 m o el rápel de 13 m. Nos encontramos un guía delante nuestro que nos indicó que había suficiente agua como para saltar. En otras ocasiones en las que habíamos hecho el barranco, C.Aranda había saltado desde la repisa y había tocado fondo en la poza. Con las indicaciones del guía se volvió a tirar, y cuál fue la sorpresa que volvió a tocar suelo, pero sin consecuencias lesivas.
El resto decidimos descender rapelando, pero soltándonos a mitad de rápel y terminando con un tobogán. Este es muy limpio, al final del mismo todo tu cuerpo se despega del suelo y entras como una flecha en la poza. Por el ruido que se produce, parece que te das con la cabeza contra el suelo, pero no es así, realmente es el neopreno que hace “ventosa”, jejeje, una pena no poder repetir…


Según salimos de la poza,  tenemos otro rápel de 20 m, con muy poco agua. 


El barranco va llegando a fu final, pero aún nos queda un pequeño tobogán con una mini-poza alargada de recepción, digo mini porque el agua de esta no nos cubría ni medio muslo. 
Finalizado el barranco tocaba terracita de rigor en Broto, con la excusa de poder acercarnos a la cascada del Sorrosal a ver el caudal y poder atacarle al día siguiente.


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