Participantes: Carlos Heras, Carlos Aranda, Pilar, Gabri y el que escribe
Rubén Gálvez
Madrugamos para no perder la costumbre, pues el descenso del
Mascún Integral, el Señor de los Cañones de Guara, lleva su tiempo. Nos esperaba
una larga aproximación pero merecía la pena ya que este barranco tiene todo lo
necesario para querer volverlo a repetir: rápeles de todos los tamaños, saltos,
caos de bloques y algo espectacular, el pasillo oscuro. Todo esto unido a la buena
compañía, el espectacular tiempo y los momentos de risas, nos hicieron pasar un
magnífico día practicando uno de los deportes que nos apasiona.
Iniciamos la aproximación en bañador desde el camping del
Puente, ya que terminaríamos el descenso allí mismo. Según nos aproximábamos a
Rodellar, el gran número de coches aparcados nos indicaba que el pueblo estaba
lleno de escaladores y senderistas, es lo que tiene el buen tiempo.
Cruzamos el pueblo de Rodellar y comenzamos a descender
hacia el cauce el río, observando la cantidad de vías de escalada de todos los
grados y en todas partes, lo que desvela el por qué Rodellar es la cuna de la
escalada.
Durante el primer tramo de ascenso de la aproximación
seguiremos el cauce del río, cruzándolo varias veces sin dejar de observar el magnífico
paisaje. Según vamos ascendiendo, podemos ver mejores vistas de todo el barranco,
el bonito Delfín del arco del Mascún, la ciudadela...
Tras la coronación de la parte más alta del camino llegamos
al pueblo de Otín, donde nos encontramos a un francés que nos indica por donde
descendió él al Mascún hace 10 años. Dejamos el pueblo a la izquierda y lo
bordearemos hasta coger el camino que sale de él, tras andar un rato llegamos
una zona señalizada con hitos que nos conduce al cartel que señaliza el
Saltador de las Lañas, éste punto es el comienzo del descenso del barranco.
Una vez llegados al primer rápel nos llevamos la sorpresa de
encontrarnos un grupo de gente sin el neopreno puesto y comiendo y otro grupo
de gente iniciando el descenso. Viendo que pronto se quedaba libre el primer rápel,
decidimos cambiarnos de ropa hasta que se acercó un guía francés a decirnos que
nos esperáramos que ellos también iban a entrar. Llevábamos 2 grupos con 15
personas delante y uno de ellos todavía no se había cambiado, qué horror!
Tras una larga espera, por fin llegó nuestro turno, tocaba
disfrutar. La primera parte del barranco, la zona de las Lañas, es una zona muy
bonita con su primer salto, su destrepe, su rápel y su último salto con
recepción en poza final.
Comenzábamos muy bien el descenso así que partimos
hacia la cascada de Peña Guara a por el siguiente tramo. Allí también nos tocó sufrir
una larga espera, pero que pronto se olvidó con las risas posteriores a la
magnífica carrera-salto que nos dedicó uno de nuestros integrantes (la Go Pro
es testigo).
Después de un pequeño tramo andando por unos estrechos
dignos de ver, entramos en la Zona de la Sala, la cual va a dar acceso a la
Cueva oscura, una zona bella e inolvidable donde es casi mejor llevar un
frontal si no quieres ir palpando todo el suelo ya que prácticamente no se ve.
Tras salir de la cueva hacemos otra vez tapón con el grupo
que llevábamos delante, así que decidimos sacar unos frutos secos para matar el
tiempo.
Después de este tramo, también espectacular...
...los franceses terminaron su descenso
dado que iban a retornar por Otín, a nosotros nos quedaba el Petit Mascun, un
descenso seco y lleno de bloques y mucha piedra, descenso que evitaremos la
próxima vez si no lleva más agua.
Por fin, llegamos al Barrasil donde tenemos que nadar la grandes
badinas que nos encontramos para llegar al puente donde se acabara nuestra
aventura.
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