Participantes: Carlos Heras, Pilar y el que escribe, Gabri
Tras descender el barranco Fondo, y después de una merecida
cerveza mientras comíamos a la sombra, tomamos la decisión de desplazarnos a la
zona de piris, puesto que los barrancos acuáticos de la sierra de guara ya los conocíamos
y con ese calor era imposible hacer los secos. Así que decidimos aprovechar la
tarde que nos quedaba en el Formiga.
Aparcamos en el parking y la aproximación la hicimos en
bañador cargando con todo el equipo en las sacas. Aprovechamos para cambiarnos
en las cuevas que se encuentra de camino, con un pequeño fallo, Carlos y yo lo
hicimos al sol, que por cierto era de justicia, y tuvimos que pelearnos con el
neopreno para que entrase. No como Pili, que se busco una sombra y tuvo que
esperarnos.
Desde aquí hasta el momento de tocar un poquito de agua se
nos hizo cuesta arriba, y nunca mejor dicho, porque todo fue hacia arriba. Entre
el calor, el neopreno, y que acabábamos de comer, íbamos deslizándonos por la
sirga de acero como unos “walking deads”, aunque ninguno quisimos decir nada
durante la aproximación por no liarla, jaja.
Después de este momento de agonía con su obligada parada en
el charco para refrescarnos,
fuimos avanzando por los rápeles y resaltes de
este barranco, siempre buscando un lugar desde donde saltar y cualquier tobogán
para hacer un poco “el pelele”.
En poco tiempo llegamos al parking, donde nos desequipamos, comentamos
jugadas y pusimos rumbo al camping a preparar las cosas para al día siguiente movernos
a pirineos.
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