Participantes: Pilar Carrasco, Carlos Heras y el que escribe, C. Aranda
Después de haber descendido el día anterior el Sorrosal, decidimos hacer el domingo este corto pero bonito barranco, ya que teníamos que regresar a casa y no queríamos salir muy tarde.
Así que madrugamos para no encontrarnos con las agencias de multiaventuras, dejamos el coche a la salida de Broto en dirección Boltaña, y nos enfundamos los neoprenos, algo húmedos aún del descenso anterior.
La aproximación es bastante corta, pero por un despiste mío dimos alguna vuelta más de la cuenta.
Por fin, llegamos a la presa donde comienza el primer rápel, y en mi opinión el más bonito, que desemboca en una poza desde la que sale un segundo rápel más pequeño.
Una vez abajo los tres,
nos quedamos mirando la curiosa forma semicircular que ha creado la fuerza del agua.
Pasado el caos, entramos en una zona más tranquila, con mucha vegetación, que enseguida nos lleva al tercer rápel, que se puede descender con cuerda, como tobogán o saltando por el lado derecho desde una pequeña repisa. Yo decido saltar..
(lo he hecho en varias ocasiones y sé que la poza de recepción tiene suficiente profundidad), mis compañeros, más sensatos, bajan rapelando y una vez abajo, nos acercamos a la última cabecera de un P 25 que bajando por una bonita cascada, nos dejará en la parte final del barranco.
Apenas llevamos 50 minutos desde el inicio y nos entran ganas de volver a repetirlo, pero nos esperan varias horas de carretera de regreso y decidimos que volveremos en invierno para bajarlo con crampones cuando esté completamente helado.
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